Ojo que está escrita y dirigida por Michael Gondry, director y escritor de "Eterno resplandor de una mente sin recuerdos".
Se estrena en diciembre en USA, por lo que estaría aquí el próximo año. A esperar.
El trailer, abajo.
Cansando de tu actual estilo de cabello decides hacer un cambio, te lo quieres cortar. Pero, ¿qué sucede cuando tomas esa decisión? Nadie quiere quedar como Chascoberto, creador del hit "me cortaron mal el pelo", y sufrir las consecuencias de un mal corte.
Lo que parece una simple visita a un peluquero, o estilista, se torna complejo y es, definitivamente, una experiencia muy distinta para hombres y mujeres. Mientras los primeros siempre buscan el corte barato y rápido, donde el peluquero no te hable de toda su vida y solo se dedique a trabajar, en la galería céntrica, para ellas es todo un ritual. No les importa caminar horas, previo dato de una amiga, recorriendo la ciudad para llegar al(a) estilista soñado. Una vez que lo encuentran se convierte de inmediato en su amig@ de toda la vida. Después del primer corte perfecto, el salón ( como se les llaman también a las peluquerías) se convierte en el templo. Y como fieles, lo visitan con regularidad. Conocen pronto a todos quienes trabajan allí y dejan su limosna luego de cada visita. El corte perfecto significa una amistad para siempre o al menos hasta que un mal tinte los separe.
¿Pero que demonios lleva a una mujer a gastar casi 15 mil pesos en su cabello de una vez?
Pienso que las otras mujeres. La poca solidaridad. El que dirán. Si a un hombre le cortan el pelo mal no se deprime más allá de un minuto- si es que lo hace- y piensa que no importa, el pelo crece. No es el fin del mundo. Tal vez un par de burlas de sus amigos y listo. Es solo al principio y siguen siendo tus amigos. Se ríen de ti y contigo. Son solidarios con aquel que sufrió los embates de la peluquería "Contigo aprendo".
¿Y una mujer? Una mujer no le dice a la otra que el corte le quedó mal. Ni siquiera para que busque una solución. No, simplemente se aguanta la risa o piropea a la víctima del tijereteo, le dice lo lindo que le quedo el pelo- sabiendo que nunca se haría el mismo corte y menos en el mismo lugar- y se va lo más rápido del lugar. Cuadras más alejada, la risa aparece. Y esa falta de honestidad es la que produce que las mujeres pongan tanto cuidado al ritual del corte. Porque para ellas, tener un mal corte es como una condena a ser aisladas de la sociedad.